Directorio Legislativo



Maduro busca la reelección aunque la oposición gana terreno




Venezuela llevará a cabo, este 28 julio, sus elecciones presidenciales para el período 2025-2031. Si bien diez candidatos participan de los comicios, la contienda se definirá entre el actual presidente Nicolás Maduro de la coalición Gran Polo Patriótico, que busca su tercer mandato consecutivo, y Edmundo González Urrutia, como principal candidato de la oposición venezolana con la Plataforma Unitaria Democrática (PUD). 

Estos comicios, en los cuales se juega la continuidad del chavismo, se desarrollan en un contexto de alta polarización política marcada por la inhabilitación de candidatos opositores, la falsificación de encuestas electorales para la realización de propaganda política, altos niveles de inflación y la falta de garantías para la sucesión de elecciones transparentes. Estos factores impiden avizorar un resultado para el domingo, aunque todo parece indicar que la oposición parte con ventaja. 

¿Posibilidad de cambio? Qué dicen las encuestas
Algunas de las encuestas más recientes y rigurosas dan que Edmundo González Urrutia ostenta una ventaja superior a 25 puntos porcentuales sobre Nicolás Maduro. No obstante, otras fuentes locales presentadas por el chavismo muestran datos diametralmente opuestos. Todo esto subraya una constante para el domingo: las dificultades para obtener datos precisos y consistentes en el contexto político venezolano, donde la credibilidad y transparencia de la información está a menudo en entredicho.

Proyecciones

Estas elecciones representan un punto crucial para el futuro inmediato del país. Más allá de quién resulte vencedor, tanto el oficialismo como la oposición enfrentan el desafío de implementar medidas efectivas tras años de una profunda crisis económica, marcada por hiperinflación, sanciones internacionales y una significativa diáspora de ciudadanos en busca de mejores condiciones de vida. Además, la comunidad internacional observa atentamente, con expectativas de que el resultado pueda catalizar reformas significativas o, por el contrario, exacerbar las tensiones existentes.

El Poder Legislativo que convivirá con el próximo presidente será la Asamblea Nacional en su composición actual, al menos hasta 2026 (año en que deberá renovarse la totalidad de la cámara). Es decir que el futuro presidente tendrá que interactuar con un Parlamento en el que predominan los alineamientos a Maduro. De los 277 legisladores, 222 responden al partido de Maduro, 34 son aliados habituales del oficialismo y 21 bancas de la oposición. Es decir que, en términos prácticos, si el próximo presidente fuera González Urrutia tendrá una Asamblea claramente opositora con una posible tendencia a bloquear su eventual agenda.

Si bien existe un acuerdo formal para que todos los candidatos reconozcan el resultado de las elecciones, persisten dudas sobre si Maduro aceptará una eventual derrota y permitirá una transición pacífica del poder. Este escepticismo se fundamenta en el historial de prácticas autoritarias del gobierno y su influencia sobre instituciones claves como el Poder Judicial, las Fuerzas Armadas y el Consejo Electoral.

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